El jueves pasado fue presentado en la Costanera Sur el espectáculo Alegría, nuevo desembarco del Cirque du Soleil tras su primera temporada en Buenos Aires dos años atrás, con Saltimbanco. El director artístico de Alegría, Michael Smith, nos concedió esta entrevista.
Hace tiempo no veía a alguien tan contento. Como si su propia alegría haya sido la promoción del espectáculo homónimo. En un bello y elegante salón de Puerto Madero nos recibió Smith, con mucho entusiasmo y ganas de hablar de Alegría.
E.S.: En Argentina vimos mucho videos de la Compañía y todo parece indicar que a partir de Saltimbanco vamos a recibirlos muy seguido. Cada espectáculo luce de manera singular, ¿qué intentaste conseguir con Alegría, y cuáles son las influencias de esta obra?
M.S.: Cada espectáculo tiene un universo diferente. Cuando empezamos a montar un espectáculo pensamos qué universo queremos crear. Con Alegría tuvimos la idea de Modernidad y Antigüedad. Pensamos en el contraste entre la luz y la oscuridad, el hombre y la mujer, pensamos en el espacio que abrió Internet y toda la información que nos brindó y que nunca tuvimos antes. Como pueden ver el espacio de la obra es como una cúpula, como una basílica de Roma. Este tipo de institución representa poder político, dinero y control. Allí se representa lo viejo. Aparecen en torno a él pajaritos viejos con máscaras y colores, todo luce antiguo. Ellos no comprenden que su tiempo ha pasado, sin embargo siguen viviendo. Al lado de ellos están los ángeles que vuelan. Son los guardianes de lo nuevo, por eso están de blanco. Los viejos no entienden nada, y siguen y siguen y siguen.... Como la vida misma.
E.S.: Este espectáculo fue creado en 1994, aún no había estallado el boom de Internet.
M.S.: Pero estaba empezando. Internet cambió muchas cosas, pero para nosotros en el 94 apenas comenzaba, y era la idea de las posibilidades que creaba. Al abrir todas estas puertas nuestra esperanza, siendo muy socialitas como compañía, reflejaron el poder del espíritu humano que debe sobrepasar el sistema político de todo el mundo. Sabemos que eso no sucedió, pero todavía tenemos la esperanza. Hay que tener esperanza. Lo más importante del espectáculo es la idea de encontrar la humanidad en cada uno. Hacia el final de Alegría están todos juntos: los viejos y los nuevos. Esto ocurre cuando el cantante canta “Alegría”. Es la esperanza que tenemos todos como humanos.
E.S.: El año pasado recibimos la presencia del Teatro del Sol. Vos definías a la compañía como socialista. ¿Qué reflexión te merece trabajar con tantos artistas, además de que pertenezcan a distintas nacionalidades?
M.S.: Para mí es un placer enorme trabajar para la Compañía. Tenemos artistas de 56 nacionalidades. En Alegría tenemos 12 nacionalidades, y soy responsable de este grupo de gente. Mi idea es que el mundo puede existir fuera de nuestra compañía. Les damos un ejemplo de la posibilidad de todas las culturas que pueden trabajar juntas, con respeto. Aceptamos que somos diferentes, pero aceptamos también que trabajamos y luchamos juntos para el espectáculo. Ojalá el mundo fuera así. En nuestro pequeño mundo podemos hacer esto, y esto puede ser una esperanza a nivel global.
E.S.: Este año recibimos también al clown Slava, que integró la compañía de ustedes. Pienso en la imagen del clown, que encarna lo cómico y lo trágico de la humanidad y la simpleza con la que lo hace. ¿Qué asociaciones hacés con el clown en relación a lo trágico, lo cómico, y su cuerpo?
Hace tiempo no veía a alguien tan contento. Como si su propia alegría haya sido la promoción del espectáculo homónimo. En un bello y elegante salón de Puerto Madero nos recibió Smith, con mucho entusiasmo y ganas de hablar de Alegría.
E.S.: En Argentina vimos mucho videos de la Compañía y todo parece indicar que a partir de Saltimbanco vamos a recibirlos muy seguido. Cada espectáculo luce de manera singular, ¿qué intentaste conseguir con Alegría, y cuáles son las influencias de esta obra?
M.S.: Cada espectáculo tiene un universo diferente. Cuando empezamos a montar un espectáculo pensamos qué universo queremos crear. Con Alegría tuvimos la idea de Modernidad y Antigüedad. Pensamos en el contraste entre la luz y la oscuridad, el hombre y la mujer, pensamos en el espacio que abrió Internet y toda la información que nos brindó y que nunca tuvimos antes. Como pueden ver el espacio de la obra es como una cúpula, como una basílica de Roma. Este tipo de institución representa poder político, dinero y control. Allí se representa lo viejo. Aparecen en torno a él pajaritos viejos con máscaras y colores, todo luce antiguo. Ellos no comprenden que su tiempo ha pasado, sin embargo siguen viviendo. Al lado de ellos están los ángeles que vuelan. Son los guardianes de lo nuevo, por eso están de blanco. Los viejos no entienden nada, y siguen y siguen y siguen.... Como la vida misma.
E.S.: Este espectáculo fue creado en 1994, aún no había estallado el boom de Internet.
M.S.: Pero estaba empezando. Internet cambió muchas cosas, pero para nosotros en el 94 apenas comenzaba, y era la idea de las posibilidades que creaba. Al abrir todas estas puertas nuestra esperanza, siendo muy socialitas como compañía, reflejaron el poder del espíritu humano que debe sobrepasar el sistema político de todo el mundo. Sabemos que eso no sucedió, pero todavía tenemos la esperanza. Hay que tener esperanza. Lo más importante del espectáculo es la idea de encontrar la humanidad en cada uno. Hacia el final de Alegría están todos juntos: los viejos y los nuevos. Esto ocurre cuando el cantante canta “Alegría”. Es la esperanza que tenemos todos como humanos.
E.S.: El año pasado recibimos la presencia del Teatro del Sol. Vos definías a la compañía como socialista. ¿Qué reflexión te merece trabajar con tantos artistas, además de que pertenezcan a distintas nacionalidades?
M.S.: Para mí es un placer enorme trabajar para la Compañía. Tenemos artistas de 56 nacionalidades. En Alegría tenemos 12 nacionalidades, y soy responsable de este grupo de gente. Mi idea es que el mundo puede existir fuera de nuestra compañía. Les damos un ejemplo de la posibilidad de todas las culturas que pueden trabajar juntas, con respeto. Aceptamos que somos diferentes, pero aceptamos también que trabajamos y luchamos juntos para el espectáculo. Ojalá el mundo fuera así. En nuestro pequeño mundo podemos hacer esto, y esto puede ser una esperanza a nivel global.
E.S.: Este año recibimos también al clown Slava, que integró la compañía de ustedes. Pienso en la imagen del clown, que encarna lo cómico y lo trágico de la humanidad y la simpleza con la que lo hace. ¿Qué asociaciones hacés con el clown en relación a lo trágico, lo cómico, y su cuerpo?
M.S.: Es lo que pasa dentro de cada uno de nosotros. Cuando estamos contentos: reímos. Cuando estamos tristes: lloramos. El final del Primer Acto se llama La tempestad. Estaba creado para Slava, y para mí este número es uno de los más importantes, porque se representa la fragilidad del humano. Hay un hombre en medio de una tormenta, luchando contra la tempestad. Eso representa lo que nos sucede a todos en la vida. En algún momento nos sucede algo, y tenemos que luchar contra eso solos. Es importante para un payaso poder usar la tristeza, no todo es “ja ja ja”. Es sólo una parte del ser humano. Si no muestra ambas cosas, no es un buen payaso.
Ezequiel Obregón