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La acción se inicia con una conversación telefónica. Un joven habla con su novia – cuya voz se escucha en off – sobre su festejo de cumpleaños, que incluye una presentación artística de la que él participará. De a poco, vamos conociendo a los otros habitantes de la casa: el hermano mayor, que comparte su gusto por el baile y el tío, quien se revela aficionado al juego. Lentamente, el ambiente se enrarece; lo pequeño se vuelve grave y las relaciones se tensan hasta lo insospechado.
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El hecho de que se trate de ucranianos le confiere otro rasgo pintoresco y extraño a esta familia de hombres, al igual que los disfraces que portarán más tarde a la hora de ir a la fiesta. Las mujeres, quienes no aparecen en escena, funcionan sin embargo como motor y causa de los conflictos internos y eternos. En estrecha relación con ellas, en el desarrollo de la trama, el juego y un amuleto se convierten en cuestiones vitales hasta lo inverosímil. Lo interesante es que en la obra se hace creíble y genera una comicidad absurda y trágica, lo que se potencia con la aparición de un cuarto personaje.
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Un primer acierto de la puesta corresponde al espacio: la sala es una pequeña habitación para unos veinte espectadores. La acción transcurre en el comedor; una de las puertas da a las habitaciones; la otra, a un patio y de ahí, a la calle. Se aprovecha la arquitectura real, lo que nos hace sentirnos rápidamente en el ámbito y nos permite imaginar la extraescena, muy bien aprovechada desde el texto y la dirección. Tanto el vestuario como los objetos en escena se ponen al servicio de la historia y sus climas. Los actores se desenvuelven cómodos en ese espacio reducido y logran dar carnadura a sus personajes y hacer visibles sus vínculos y problemáticas con naturalidad. Las interpretaciones crecen a medida que avanza la función; destaca especialmente Marcelo Mariño en su labor como el doctor: su presencia en la casa y ante los espectadores genera verdadera e intensa inquietud.
Un primer acierto de la puesta corresponde al espacio: la sala es una pequeña habitación para unos veinte espectadores. La acción transcurre en el comedor; una de las puertas da a las habitaciones; la otra, a un patio y de ahí, a la calle. Se aprovecha la arquitectura real, lo que nos hace sentirnos rápidamente en el ámbito y nos permite imaginar la extraescena, muy bien aprovechada desde el texto y la dirección. Tanto el vestuario como los objetos en escena se ponen al servicio de la historia y sus climas. Los actores se desenvuelven cómodos en ese espacio reducido y logran dar carnadura a sus personajes y hacer visibles sus vínculos y problemáticas con naturalidad. Las interpretaciones crecen a medida que avanza la función; destaca especialmente Marcelo Mariño en su labor como el doctor: su presencia en la casa y ante los espectadores genera verdadera e intensa inquietud.
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La obra, desde el humor, hace pensar – desde un relato bien construido, desde los climas y los cuerpos en el espacio - en la forma que tenemos de vivir los problemas y situaciones cotidianas, la relevancia que le damos a lo nimio y las estrategias a las que recurrimos para solucionar conflictos y establecer relaciones con los demás.
La obra, desde el humor, hace pensar – desde un relato bien construido, desde los climas y los cuerpos en el espacio - en la forma que tenemos de vivir los problemas y situaciones cotidianas, la relevancia que le damos a lo nimio y las estrategias a las que recurrimos para solucionar conflictos y establecer relaciones con los demás.
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Clara Ibarzábal
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Autor: Luis Aponte
Actúan: Luis Aponte, Walter Jakob, Horacio Marassi, Marcelo Mariño
Voz en Off: Marina Apat, Marcelo Mariño, Agustín Mendilaharzu, Carolina Zaccagnini
Vestuario: Julia Catalá
Diseño de luces: Adrián Grimozzi
Diseño sonoro: Agustín Mendilaharzu, Agustín Rolandelli
Fotografía: Agustín Mendilaharzu
Diseño gráfico: Paula Erre, Andrés Mendilaharzu
Asesoramiento coreográfico: Federico Buso
Asesoramiento escenográfico: Alejandro Alonso
Asistencia de dirección: Carolina Martin Ferro
Colaboración autoral: Walter Jakob
Colaboración artística: Eduardo Iacono
Dirección: Walter Jakob, Carolina Zaccagnini
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SILENCIO DE NEGRAS
Luis Sáenz Peña 663 - Capital Federal
Reservas: 4381-1445
http://teatrosilenciodenegras.blogspot.com
Entrada: $ 25,00 y $ 15,00 - Sábado - 20:30 hs
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Autor: Luis Aponte
Actúan: Luis Aponte, Walter Jakob, Horacio Marassi, Marcelo Mariño
Voz en Off: Marina Apat, Marcelo Mariño, Agustín Mendilaharzu, Carolina Zaccagnini
Vestuario: Julia Catalá
Diseño de luces: Adrián Grimozzi
Diseño sonoro: Agustín Mendilaharzu, Agustín Rolandelli
Fotografía: Agustín Mendilaharzu
Diseño gráfico: Paula Erre, Andrés Mendilaharzu
Asesoramiento coreográfico: Federico Buso
Asesoramiento escenográfico: Alejandro Alonso
Asistencia de dirección: Carolina Martin Ferro
Colaboración autoral: Walter Jakob
Colaboración artística: Eduardo Iacono
Dirección: Walter Jakob, Carolina Zaccagnini
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SILENCIO DE NEGRAS
Luis Sáenz Peña 663 - Capital Federal
Reservas: 4381-1445
http://teatrosilenciodenegras.blogspot.com
Entrada: $ 25,00 y $ 15,00 - Sábado - 20:30 hs