My blueberry nights es la primera película de Wong Kar Wai rodada en idioma inglés, en Estados Unidos, financiada con capitales franceses y chinos. Es, al mismo tiempo, una suerte de coronación final de un cineasta con pasaporte a los principales festivales de cine y laureles de la crítica y un público que –desde la anterior 2046- comenzó a ver en su cine algunos elementos de estilo transitados más felizmente en sus grandes obras: Con ánimo de amar o Happy Together.
Sea como sea, My blueberry nights es una película con luz propia, en la cual muchas ideas siguen funcionando. La película es una road movie, aquí el tránsito cobra una preponderancia mayor. La historia se inicia con el encuentro del dueño de un bar decadente con una joven melancólica. El diálogo se detiene en las llaves que varios amantes han olvidado en el bar: huellas de vidas erráticas que váyase a saber por dónde vagan. En esos primeros encuentros, Elizabeth (la cantante Norah Jones, muy bien en su primera interpretación) saborea unos pasteles de arándanos que -según el personaje de Jude Law- “nadie se anima a probar”.
En ese primer encuentro, WKW pone sobre la mesa todos los componentes estéticos que acompañarán el devenir amoroso de la pareja. La “desprolijidad” del bar y el modo en el que la puesta captura la fugacidad de los encuentros (en donde nuevamente el director hace uso del ralenti) acentúan lo efímero de las relaciones afectivas en las grandes ciudades, metaforizadas también en los omnipresentes trenes que irrumpen en el relato anulando el punto de equilibrio de cada secuencia.
Elizabeth vagará un tanto por otras ciudades trabajando como mesera, en un intento por encontrarse a sí misma. Aparecerán distintos modelos de mujeres que parecen ser espejos deformados de ella misma y –al final del viaje- retornará a Nueva York, ¿siendo la misma persona? En ese tránsito, de mujeres que van y vienen sin aparente rumbo, WKW vuelve a reflexionar sobre la condición del cuerpo en nuestra modernidad, sobre la distancia de los amantes, y la melancolía vista como un punto de fuga. Es como si el amante idealizado fuera la feliz respuesta hacia la repulsión de lo concreto: el eterno movimiento que distancia a la pareja, como ya era visible en su ópera prima As tears go by.
Pese a transitar motivos mejor elaborados en obras anteriores, My blueberry nights es una película subyugante, que nos encanta tanto como los pasteles que saborea Elizabeth en sus momentos más íntimos.
Ezequiel Obregón
.
El sabor de la noche: My Blueberry Nights (My Blueberry Nights, Hong Kong, China, Francia/2007). Dirección: Wong Kar-wai. Con Norah Jones, Jude Law, Natalie Portman, David Strathairn y Rachel Weisz. Guión: Wong Kar-wai y Lawrence Block. Fotografía: Darius Khondji. Música: Ry Cooder. Edición y diseño de producción: William Chang. Distribuidora: Distribution Company. Duración: 93 minutos. Apta para mayores de 13 años.