
Desde el inicio de la obra pensamos en todo lo que puede derivar de la palabra, a modo de adelantarnos un poco a lo que podremos encontrar sobre el escenario. Pero, ya en la sala, en la butaca correspondiente, al frente, vemos los aparatos y electrodomésticos vinculados con el tema.
.
Se inicia la función: poco a poco entran en escena los adolescentes que deben llevar adelante un proyecto de ciencias para ganar un premio que les dará la posibilidad de viajar a Chile. Entre idas y vueltas, en el transcurso de la obra se van abordando temas fundamentales como la familia, la personalidad, el liderazgo, la belleza, la bulimia y la anorexia, la primera relación sexual, las debilidades, las disfunciones en todas las variantes posibles, la muerte, los sueños, la música y el cine; entre otras cuestiones que se pueden despertar en cada uno de los espectadores.
El ritmo de la obra es totalmente cinematográfico, al estilo de las películas yankees para jóvenes. Desde ese estilo se crean de forma asombrosa diferentes climas, que van de la historia fresca y juvenil al terror de una noche de tormenta. Rayos rojos manifiestan el extremo problema ambiental (que narra la historia y no se encuentra muy alejado de la realidad) y le dan vida -al mejor estilo Mery Shelly- a los maniquíes que permanecían prácticamente inmóviles. Resultan destacables los momentos de terror tan bien logrados por todo el equipo, especialmente a través del sonido, la iluminación, los actores, y la dupla de directores: Javier Daulte (con otra obra en cartel que comparte la temática: “La Felicidad”) y Luciano Cáceres.
Se destaca la actuación de Pilar Gamboa en el papel de Cristina, una verborrágica y temperamental joven que capta la atención sin caer en un personaje sobreactuado.
.
Como no podía ser de otro modo, al tratarse de gente de corta edad, era infaltable una coreografía al mejor ritmo de Pata Pata, que atrapa a los púberes de hoy y del ayer. Momento en el que impacta en nuestra mente la imagen y voz incomparable de la sudafricana Miriam Makeba. Los nostálgicos y los curiosos pueden pasar por: www.youtube.com/watch?v=85_9mKTg_Do&feature=related para revivir el éxito de 1966.
Como no podía ser de otro modo, al tratarse de gente de corta edad, era infaltable una coreografía al mejor ritmo de Pata Pata, que atrapa a los púberes de hoy y del ayer. Momento en el que impacta en nuestra mente la imagen y voz incomparable de la sudafricana Miriam Makeba. Los nostálgicos y los curiosos pueden pasar por: www.youtube.com/watch?v=85_9mKTg_Do&feature=related para revivir el éxito de 1966.
Automáticos es una obra que se puede ver en familia, ayuda a entender algunas actitudes de los adolescentes y también repasar esa etapa para quienes la superaron a pesar del desfasaje temporal.
Una puesta ideal para charlar largo y tendido finalizada la función. Es un placer contar con esta obra en la cartelera porteña. No se la pierda.
Todos los viernes a las 23:30hs en el Teatro del Pueblo, Av. Roque Sáez Peña 943, Teléfono: 4326-3606, entradas $20.
Georgina Falbo
Mora: Mariana Chaud
Brad Pitt: Ludovico Di Santo
Fina: Lorena Forte
Cristina: Pilar Gamboa
Carol: Tamara Kiper
Pelirroja: Leticia Mazur
Morocha: Verónica Mc Loughlin
Toni: Willi Prociuk
Omar:Ignacio Rodríguez de Anca
Asistentes de dirección: Mara Guerra - Sergio Aiello
Asistentes de dirección: Mara Guerra - Sergio Aiello
Asistentes de producción: Héctor Bordoni - Lucas Cánepa
Escenografía y Vestuario: Luciano Cáseres- Javier Daulte
Diseño escenotécnico: Agustín Garbellotto
Realización escenográfica: Agustín Garbellotto- Héctor Bordoni
Iluminación: Mariano Rugiero
Selección musical: Javier Daulte
Selección musical: Javier Daulte
Coreografía: Leticia Mazur & Javier Daulte ( en base a la coreografía original de Nuria Lagarda & Javier Daulte
Dirección: Javier Daulte & Luciano Cáceres